lunes, 29 de agosto de 2011

Relación Jefe y Subordinado

         

           Pensar en términos de éxito empresarial supone un análisis profundo sobre un conjunto de factores  considerablemente diversos. En esta oportunidad, analizaremos un aspecto que no asegura el éxito pero que influye notoriamente a la hora de un balance general acerca del rendimiento de una organización: la buena relación que debería existir entre el jefe y el subordinado; vinculación clave dentro de una empresa.
            Mas allá de cómo se denomine a un puesto con cierto peso jerárquico (presidente, director, supervisor, jefe, etc.), toda persona que posea la responsabilidad de conducir gente desempeña una función de líder. Según el Doctor en ciencias económicas y empresariales Alejandro Cardozo, un líder es “una persona que determina el objetivo de las otras y logra que ellas se conduzcan juntas y lo acompañen en esa dirección con habilidad y total compromiso”. Para lograr el mencionado rol con efectividad, evidentemente habrá que buscar el modo de entablar una buena comunicación con el o los empleados a cargo para poder transmitir de la mejor manera posible aquellos resultados que se esperan observar.  Es decir, la buena comunicación es la clave para la supresión de cualquier tipo de ambigüedad a la hora de explicar qué acciones habrá que iniciar para alcanzar las metas.

            A través de indagaciones que hemos realizado a personas que se encuentran actualmente desempeñando sus actividades en empresas de ámbito  tanto público como privado, observamos ciertas similitudes entre los superiores de cada entidad que han llamado nuestra atención positivamente.
            Durante la entrevista realizada al Gerente de Excelencia Operativa de una empresa petrolera, afirmó: “a mi relación con mis subordinados la definiría como una relación formal y al mismo tiempo amigable. Esto se debe a que tengo una trato continuo con ellos.”
            Por otro lado, el Encargado del Área de Logística de una empresa automotriz asegura que su relación con su jefe es semiestructurada ya que debe presentarle en una reunión un informe sobre su trabajo semanal y su trato con su jefe no es tan frecuente. Al mismo tiempo, explicó que cuando él debía cumplir con una orden, tenía la libertad de poder terminar las tareas que estaba realizando y luego continuar con la nueva orden.
En cuanto a la exigencia a la hora de realizar un trabajo, el Encargado del Departamento Contable de un organismo dependiente del Estado destaca: “me siento muy cómodo de trabajar con un jefe tan flexible que me permite realizar mis tareas con total tranquilidad sabiendo que el estará disponible para resolver cualquier problema que surja”. Además, aclaró que más allá de tener una relación dentro del ámbito laboral, también se reúne con su jefe fuera del trabajo con el fin de tener una relación más placentera.
En conclusión, consideramos que es necesario mantener un equilibrio entre la distancia que da la formalidad y la confianza que da el trato ameno hacia el personal a la hora de solicitar la ejecución de las tareas. A modo de consejo a quienes deben entablar una relación de este tipo como líderes, podemos asegurarles que cuando los medios por los cuales se transmiten los objetivos a cumplir son claros, y se ofrece la posibilidad de recibir sugerencias con procedimientos no tan estructurados, las personas se sentirán más cómodas e involucradas con el trabajo. No hay que olvidar nunca que como seres humanos, somos seres sociales y una de nuestras mayores motivaciones es el reconocimiento y la aceptación por el resto. Y la principal forma para lograr esto, es mediante una adecuada comunicación.


Realizado por: Giofre Ayelen, Lobo Ximena, Nara Gabriela, Perez Zambón Emilce y Trenkmann Eva.